domingo, 18 de agosto de 2013

Trail: Piornedo - Valles de Burbia - Picos Lanza, Mustallar y Penalonga (30,04 Km)

Piornedo - Valles de Burbia - Picos Lanza, Mustallar y Penalonga

(30,04 Km)


Datos técnicos:

Distancia: 30,04 Km
Ruta Circular: Si
Acumulado vertical positivo:  1.839 m
Acumulado vertical negativo: 1.870 m
Altura máxima:  1935 m
Altura mínima:  911 m
Tiempo corriendo: 6h 13m
Pausas para visita y fotografía:  2h 27m
Tiempo total: 8h 40m

Descripción:

Ya hacia bastante tiempo que tenia ganas de realizar una buena ruta por la sierra de los Ancares y en mi primera aproximación a la zona decidí empezar en el lugar que me despertaba mayor curiosidad que es la pequeña aldea de Piornedo, en pleno corazón de los Ancares gallegos y al mismo tiempo próximo a las tres cumbres más altas de la parte gallega de los Ancares, que son los montes Mustallar (1935 m), Penalonga (1896 m) y Pico Lagos (1867 m también llamado Pico Lanza). Hay que decir que los montes más altos de los Ancares son los picos Cuíña y Miravalles, pero estos están en la provincia de León.
Cuando hice mis primeros planes de la ruta a seguir, estimé que lo más conveniente será salir lo más temprano posible y para mi satisfacción comprobé que en la entrada de Piornedo hay un pequeño hotel (Hotel Piornedo) que me iba a ir de perlas para el caso. Dicho y hecho después de reservar habitación, el día previo a la ruta llegue por la tarde. Como tenía pensado salir muy temprano hable con el personal de recepción para saldar las cuentas antes de mi temprana salida, ya que sabía que iba a llegar por la tarde y ese mismo día tenia que regresar (muy a mi pesar). Tengo que decir que se portaron de maravilla dándome todo tipo de facilidades para mi temprana marcha y posteriormente me mostraron todas las estancias del hotel, que recomiendo a todo el viajero que tenga interés en visitar la zona, no solo por su hospitalidad y que las instalaciones son muy buenas. A mi lo que me maravillo fue una magnifica sala de estar de uso comunitario que da a una gran cristalera que hace de pared, dando unas impresionantes vistas sobre la sierra. Magnifico lugar donde relajarse leyendo un buen libro, la ocasión me vino que ni pintada ya que había traído conmigo una antigua edición del “Peter Camenzind” de Hermann Hesse que ya había leído hace unos cuantos años y en la que revisando mi librería me di cuenta que tenia un magnifico prologo sobre toda su obra y que no recordaba haber visto.  La verdad es que a mi admirado Hermann le habría encantado este lugar, era un apasionado senderista y siempre que podía escapaba a sus amadas montañas en largos paseos.
Antes de relajarme con mi lectura, fui a dar un paseo por el pueblo y al mismo tiempo sacar unas fotografías. Lo primero que destaca son sus “Pallozas”, son viviendas semicirculares u ovaladas, con muros de piedra y mampostería, con una cubierta o tejado hecho a base de paja. Tienen un origen celta y hasta hace muy poco aún eran la vivienda típica de la zona. Hoy en día se mezclan con casas de reciente construcción, pero hay que decir que la mayoría de ellas siguen en uso por sus propietarios y no son meros escaparates para los turistas, siguen usándose, bien como almacenes para aperos de labranza o como establo para guarecer los animales. Hay una especialmente habilitada como museo etnográfico y otras que se pueden visitar.
Antes del descanso del guerrero reviso la ruta prevista: Salir de Piornedo, adentrarme y ascender por el “circo glaciar de Mustallar” para alcanzar el lugar llamado “Golada do Porto”, situado entre los picos Penalonga y Mustallar (también llamado “Mayada do Mustallar”), bajar al lugar conocido como Braña del Mostallar, adentrarme en el valle de la Grandela y después de emprender ascenso por el valle de Vilouso para después de llegar a los lagos del mismo nombre, subir al pico Lagos alcanzar por el cresterio el Mustallar, bajar este y subir al Penalonga, para luego emprender regreso a Piornedo.
A la mañana siguiente inicié mi ruta a las 6.30 h,  el sol aún no saldría asta las 7:15 h pero aparte de mi linterna frontal, contaba con la poca luz que sale del sol cuando aun está bajo el horizonte, cruzo el pueblo hasta la capilla de San Lourenzo, donde se coge un camino que nos adentrará en el “circo glaciar del Mustallar” y que en principio nos lleva hasta “O Campo”, en el que encontramos matorrales característicos de la zona como piornos, toxos y xestas, alternando con praderías de montaña. Seguimos el camino hasta que nos encontremos con una pradera mayor que la anterior llamada “Chao Grande”. En esta pradería nos encontramos con dos caminos, cualquiera de ellos nos va a llevar hasta “Camparredonda”. Allí veremos el río Piornedo (también llamado “Veiga Cimeira”), que se cruza a través de un puente. Luego encontramos un sendero empedrado que nos lleva hasta otra pradería en donde podremos encontrar un lugar marcado con montón de piedras en donde hay una piedra lisa con unos petroglifos llamados "coviñas" y poco más adelante los restos de una cabaña llamada “Mallada de Piornedo” (también conocida como “Cabana de Estremeños”) que servía de albergue a pastores y montañeros.  Una vez abandonamos el lugar seguimos ascensión a través de senderos que nos llevaran directamente al lugar llamado “Golada do Porto” (o Mallada de Mustallar) y que se encuentra al pié de los picos Mustallar (Oeste) y Penalonga (Este) ya a una altura de 1699 m. Las vistas desde aquí sobre el circo glacial del Mustallar son más bonitas si cabe a esta hora de la mañana, en donde se contemplan a lo lejos las nubes bajas que cubren los valles de menor altitud. Saque varias fotografías pero estas no reflejan para nada la realidad. Desde aquí miro a la cima del Mustallar y observo unos pequeños puntos en movimiento en su cima, que al ver con más detalle reconozco como Rebecos. Es un momento para disfrutar de su vista aunque lejana, ya esta especie además de en la Sierra de los Ancares, solo está presente en algunas cadenas montañosas de Europa, como los Cárpatos, los Alpes, el Cáucaso, Pirineos o Cordillera Cantábrica y ciertas zonas montañosas de los Balcanes, Eslovaquia y Turquía. Después del momento relax, continuo mi camino, en este punto nos encontramos una alambrada que divide la parte gallega de la leonesa y que sigue hasta la cumbre del Mustallar, este es el lugar que siguen la mayoría de senderistas para ascender a su cima, aunque tiene una gran verticalidad, es una vía segura y es la más recomendable para su ascensión. En mi caso tengo la intención de bajar desde este punto hacia el valle de la Grandela, para después tomar el valle de Viloso y desde los “Lagos de Viloso” comenzar la ascensión al “Pico Lanza” desde el cual accederé al Mustallar por el cresteo que los une. No recomiendo a nadie que no tenga experiencia en montañismo o escalada la ascensión al Mustallar por esta vía ya que en algunas zonas entre el Lanza y el Mustallar, la aproximación es bastante técnica y tiene sus peligros.
Cruzar esta alambrada supone entrar en el norte de la comarca de “El Bierzo” en la provincia de León, esta zona se encuentra dentro de la reserva de la biosfera de los Ancares Leoneses, creada en el año 2006. A nuestros pies se encuentra el paraje llamado Braña del Mostallar y que por lo visto recibe su nombre de una especie arbórea que rodea todo el lugar denominada serbal blanco o mostajo y que en la zona llaman “Mostellar”. Hago la observación que en la zona leonesa al Mustallar lo llaman Mostallar, el cual creo que es un nombre más adecuado viendo la procedencia del término.
Nada más saltar la alambrada nos encontramos con una gran pendiente que habrá que bajar con mucho cuidado, en mi caso al ir corriendo (mas bien saltando) en algún momento hasta me dolían las rodillas. Nos encontramos mucha piedra fruto de las morrenas glaciares y que hay que sortear con cuidado, aunque en esta vía de descenso hay marcas correspondientes a montoncitos de piedras indicando el camino a seguir y que me fueron de gran ayuda. Recomiendo a quien se anime a seguir esta ruta, seguir estas indicaciones y no fiarse de ninguna ruta pre-cargada un el GPS, que siempre tienen pequeños errores de desvío que en un lugar como este pueden resultar muy engorrosos, siempre es conveniente fiarse de las indicaciones que nos han dejado en el camino.
Mi primera gran sorpresa fue que al poco trecho de mi bajada me encontré con un Rebeco a pocos metros de distancia, en medio del pedregal de las morrenas. Este se quedó parado mirando hacia mí y aproveche para sacarle unas fotografías. Luego continué mi camino de bajada. Al poco me encontré con unas antiguas cabañas de piedra en ruinas. Luego continué el camino siguiendo las vitales indicaciones de los montoncitos de piedra que al final desembocarán en un claro sendero conocido como “Camino de Piornedo” que nos adentrara en el valle de la Grandela y que desde aquí hasta el final de la bajada nos llevará sin mayores problemas, permitiéndonos disfrutar de los distintos paisajes y vegetación fruto de los cambios de altitud. Al poco de bajar nos internaremos en un tupido robledal que iremos descendiendo acompañando al rio Burbia. Al abandonar este sotobosque continuamos por el camino hasta llegar a un desvío en donde se informa con indicaciones los caminos de ascenso al “Mostallal - Cuiña” o a “Lagos”, que será el camino a tomar dando un giro de 160º. Aquí finaliza el camino de descenso y comienza el ascenso por el valle de Vilouso hasta los “Lagos”. Al principio el camino es amplio y se va estrechando a medida que ganamos altura. Al poco de comenzar el camino nos encontramos un cartel indicativo que nos advierte del “Pozon del Burbia” en donde el arrollo Vilouso vierte al rio Burbia horadando un gran socavón. Después nos adentramos en un gran robledal y al pasar este el camino ya pierde este nombre para convertirse en senda. Una senda con grandes cambios de desnivel y que podremos seguir por los montículos de piedras que nos indican el camino. Esta es una de las partes más bonitas de este valle ya que inmediatamente nos adentramos en un bosque con gran biodiversidad llamado el Teixedal por los muchos tejos que hay entre otros arboles como arces, avellanos, robles y acebos entre otros. Después de dejar el Teixedal damos con la “Braña del Muro”, luego nos introducimos en un frondoso bosque en el que encontraremos grandes ejemplares de roble, acebo y abedul. Inmediatamente después nos encontramos con el refugio de Acebalín que es propiedad del pueblo de Burbia y dispone de buenos equipamientos como chimenea, literas de madera, leñera, provisiones dejadas por los montañeros y una fuente de agua cercana. Pasado el refugio nos adentramos en el lugar llamado Acebalín en donde tendremos una subida entre grandes formaciones rocosas y espacios en donde nos rodean algunos abedules y matorrales. Pero lo que más llama la atención es la cantidad de gencianas que hay en este lugar, lastima que no estén en periodo de floración. Al fin los lagos de Vilouso, primero nos encontramos el más grande y un poco más arriba el de menor tamaño. He visto una bonita águila que se posó en una roca al borde de la charca, pero el objetivo de mi cámara no me permite captarla. Pasados los lagos emprendo ascensión al collado que separa el pico de “Cuerno Maldito” y “Pico Lagos”, arriba las vistas hacen que te olvides del esfuerzo realizado, a mi oeste veo los picos “Cuerno Maldito”, “Pico Charcas”, “Tres Obispos” y “Peñarubia” y hacia el Este que es a donde me dirijo “Pico Lagos”, “Mustallar” y “Penalonga”. Alcanzado el “Pico Lagos” comienza la parte más delicada de todo el recorrido. Poco después de coronar el “Lagos” hay una pequeña formación rocosa que nos impide bajar fácilmente al cordal que nos lleva al “Mustallar” y que conviene sortear por el lado ya que pasarla por la cima es tarea un poco delicada yo la pasé por la cara que da al valle de Vilouso, pero lo peor estaría por venir ya que prácticamente nos pasa lo mismo en la aproximación a la cima del Mustallar solo que esta vez el rodeo es más delicado, yo lo pase por la cara que da al “Circo glaciar de Piornedo” y que por los visto después, resulta ser el lado recomendado por todo el mundo, lo que pasa es que eso no lo sabia yo antes de emprender mi ruta, ni por supuesto la sorpresa que me esperaba. Hay un sendero que sigue este cordal, yo lo seguí pero o bien ese sedero se diluye o perdí la senda correcta ya que en este preciso logar se hace bastante difusa y la verdad es que solo puedo decir que mi niveles de adrenalina para ese día se me gastaron todos en ese lugar. Pero lo cierto es que al final después de bordear la ladera e intuir que no podía seguir por ese camino ascendí de nuevo hacia la cima de la cresta en donde encontré al fin un claro sendero que me llevaría a la cima de “Mustallar”. Como dije antes recomiendo a los no expertos que quieran acceder a estos cordales realizarlo en el orden “Mustallar” -  “Pico Lagos” que es la forma más común ya que siguiendo este sentido los pequeños senderos se ven con más claridad al realizarlos de arriba hacia abajo en donde los las barreras de naturales no nos obstaculizarán la visión. Después de abandonar la cima me encontré bastantes senderistas que estaban realizando el descenso hacia su base, al llegar a esta, al pié de la subida al Penalonga, me encontré con una gente que estaba descansando y en vista de mi experiencia anterior les pregunté por si conocían la subida y si tenia alguna dificultad técnica, me contestaron que precisamente acababan de bajar por ahí y que no tenia problema alguno siempre y cuando no me saliese del sendero que por lo visto era bastante claro. Aunque estaba un poco exhausto no tanto por el cansancio físico sino más bien por el volumen de experiencias vividas,  me decidí a finalizar el proyecto emprendido subiendo a la cima del Penalonga para luego volver sobre mis pasos en camino de descenso y luego bajar a Piornedo por la misma ruta realizada a la mañana para ascender hasta  a “Golada do Porto” pero en dirección inversa y por supuesto con mucha más luz que de madrugada. La bajada verdaderamente la disfrute corriendo entre las brañas, campas y senderos, rememorando las experiencias del día. Al final del camino Piornedo, entre las casas, unos vecinos reunidos a la sombra escuchando la gaita que uno de ellos tocaba, un paisano preparando la paja para arreglar una Palloza, grupos de familiares y amigos en tertulia al lado del hórreo y unos visitantes que disfrutaban de la paz que allí se respiraba. Todo muy natural, nada impostado ni de mero suvenir como lo es todo en la Sierra de los Ancares. 

Video:


Fotografias:





















































































































































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