martes, 22 de abril de 2014

Trail: Lagoa de Castiñeiras - Salinas de Ulló - Miños de Río Maior (26,97 Km)

Lagoa de Castiñeiras - Salinas de Ulló - Miños de Río Maior

(26,97 Km)


Datos técnicos:

Distancia: 26,97 Km
Ruta Circular: Si
Grado de dificultad: Moderado
Acumulado vertical positivo:  581 m
Acumulado vertical negativo: 581 m
Altura máxima:  492 m
Altura mínima:  0 m
Tiempo corriendo: 3h 50m
Pausas para visita y fotografía: 1h 29m
Tiempo total: 5h 19m

Descripción:

Después de unos meses de ausencia obligada fruto de una pequeña lesión ajena a mi actividad deportiva, empiezo una nueva temporada de entrenamiento y aprovechando que he tenido que partir desde cero me he propuesto algunos objetivos entre los cuales estaba el de tratar de utilizar un calzado minimalista en mis tirada de trail. Para poder utilizar este tipo de calzado son muy importantes dos factores que un corredor debe adoptar. El primero y más importante es la técnica de carrera, el segundo es ir entrenado progresivamente el pié para que se vaya fortaleciendo ante su nuevo papel más activo. La verdad es que llevo años corriendo con la técnica de carrera necesaria para esta modalidad y desde ese momento (toco madera) no he sufrido lesión alguna por muy largas que hayan sido mis tiradas. Antes de haber oído hablar del calzado minimalista y sus ventajas, el haber descubierto el libro del ultrafondista “Danny Dreyer” titulado “Chi running” fue mi “Santo Grial”, antes de este fructífero descubrimiento no paraba de lesionarme al poco de empezar a correr. Solo tenia una pega en mis practicas de ultra trail y esa era la de las uñas de mis queridos dedos gordos del pié, la verdad es que no llevo la cuenta de cuantas uñas he mudado. Hasta que descubrí el porqué cuando empecé a usar calzados minimalistas. Ese porque es el DROP (superior altura del talón con la puntera) que tienen todas las zapatillas no minimalistas. Resulta que al correr con un estilo correcto (ente otras cosas, apoyo en mediopié nunca en el talón) a medida que pasaban los kilómetros me iba empotrando los dedos contra la puntera, no importaba la talla que usara. El punto definitivo a mejorar en mi técnica vino cuando empecé a oír hablar del minimalismo en carrera y sobre todo cuando leí la segunda gran obra que me abrió los ojos al conocimiento del gusto por correr, “Nacidos para correr” de “Christopher mcdougall”. La verdad es que me he adaptado muy rápidamente a este objetivo que creía iba a ir para más largo plazo, aunque a ello ayudó mucho que ya estuviera corriendo desde hace años con la técnica adecuada. Ya he realizado entrenamientos de longitud tipo Marathon, en este momento estoy el la fase de ir fortaleciendo el pié para sesiones de Ultra Trail. La ruta que en este momento estoy comentando es la primera que he publicado usando un calzado totalmente minimalista (zapatillas Inov-8 bare-grip 200). Es una gozada sentir trabajar los píes cuando uno va corriendo, la sensación de libertad y ligereza y sobre todo cuando finalizas una marcha, sentir tus uñas de los pies intactas y sin dolor.

En esta ruta mi objetivo principal es visitar las “Salinas de Ulló” y después seguir la costa hasta llegar a la altura de la desembocadura del Río Maior y desde ahí tomar la ruta que lleva su nombre “A ruta dos Muiños de Río Maior”, para luego volver al punto de partida subiendo las faldas del “Monte das Barreiras.

Parto de la zona del lugar de “A Lagoa de Castiñeiras” al pié del Mirador de Cotorredondo y emprendo ruta de descenso a “Vilaboa” pasando por los lugares de “A Graña”, “Postemirón”, “A Carballeira” y “O Outeiro” antes de cruzar bajo la “Via rapida del Morrazo” y dirigirme a la “Salinas de Ulló”.

Antes de llegar me impresionan las marismas adyacentes y la gran cantidad de pájaros que las habitan. Una vez en las salinas mi cámara de fotos no paraba de disparar ante tan magnifico espectáculo, había gran cantidad de patos de diferentes especies y en la aguas se veían un continuo remolonear de peces.

Por supuesto lo primero que hice fue cruzar sobre la barrera de piedras que da lugar a las salinas y disfrutar de la impresión que da estar corriendo en medio de la ensenada. Después de rodearla me dirijo al lugar denominado “A Granxa das Salinas” y aprovecho la ocasión para adentrarme un poco más en este sendero para conocer el lugar.

Por lo visto el origen de estás Salinas se remontan al año 1637 bajo el reinado de Felipe IV. Estas en 1694 comenzaron a ser explotadas por el Colegio de los Jesuítas de Pontevedra y alcanzaron gran importancia en los siguientes años. A finales del siglo XIX, en este mismo lugar, se construyó uno de los pocos molinos de mareas existentes en Galicia, con un funcionamiento que se basaba en el aprovechamiento del movimiento de las corrientes del fondo de la ría para generar fuerza hidráulica.

Continuo mi ruta de exploración por la costa en dirección a la “Ensenada de Larache” para luego bordear el “Monte do Cabalo” en Santa Cristina de Cobres, pasando por “A Punta do Cabalo” para después de pasar por “Barciela” tomar dirección a la ruta marcada como “Sendero dos Muiños de Río Maior”.

El sendero va río arriba y a lo largo de su curso nos encontraremos un total de 35 molinos y en su ascenso incluso nos veremos una cascada. Pero para mi lo más bonito en esta época del año es la gran cantidad de floración que hay dando unos matices impresionistas al paisaje.

Finalizado este tramo emprendo búsqueda de un camino de ascenso por el “Monte das Barreiras” que me lleve al lugar de partida. Para ello me aproximo al pequeño núcleo de “Paradellas” en donde encuentro una buena pista de tierra con la dirección deseada. Durante el tramo de subida empezó a  oscurecer y se me hizo de noche, por lo que tuve que sacar la linterna frontal que siempre llevo en mi cinturón. Comento esto porque en el ascenso me llevé la grata sorpresa de encontrarme con un zorro husmeando unos matojos cuando al parecer estaba comenzando su jornada de búsqueda de provisiones. Ni que decir tiene que al verme salió disparado como alma que lleva el diablo, la verdad es que el pobre animal se llevó un susto de muerte, en otras ocasiones he tenido encuentros con Corzos e incluso con Rebecos en la zona de los Ancares. Pero la verdad es que nunca vi correr tan asustado y rápido a un animal, y la verdad es que la historia justifica que no sea para menos ante la gran cantidad de batidas que se le han hecho.


Después de una larga subida de aproximación ya que no tenia claro a donde daría exactamente el camino, el resultado no pudo ser mejor, ya que me dejo al pie del mirador de Cotorredondo, justo en el lugar desde donde había emprendido la marcha.

Video:




Fotografias:




































































































































































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